Confusión, discusión, desencuentros.
Tan solo necesitábamos volver a hablar.
Mirarnos a los ojos
fue suficiente para hacer
fluir a las palabras
a los sentimientos,
y fortalecer más que nunca
nuestra amistad.
Nos sacamos las mascaras,
dejamos a un lado las armas,
nos quitamos las corazas,
y nos abrimos al frío de la noche.
Banco de vereda,
noche de verano
únicos testigos
de tus palabras y de las mías.
Sos todo por ser lo que sos
Y por hacer de mi lo que soy
Perfección es poco calificativo
para el momento que compartimos.
Después de todo,
es verdad,
todo llega,
cuando menos lo esperes
cuando menos lo imaginas,
todo termina como debe terminar,
(o empieza cuando tenga que empezar)
Y en ese instante, simplemente ser feliz.