domingo, 15 de noviembre de 2009

¿Seguirás amandome en la mañana?


Con una copa en la mano y una rosa en la otra te recibo, con un beso te invito a pasar, mientras en mi rostro sereno se dibuja una sonrisa, el deseo se apodera de nuestros cuerpos bañados en vino, disueltos en sueños, con mis manos recorro tu piel, con mis ojos intento guardar cada secreto de tu cuerpo desnudo, en la plenitud de la noche y con la luna como nuestra cómplice, comienzo a amarte, empiezo a sentir como tus besos recorren mi cuerpo, como tus manos me roban el miedo, escoltadas con la tenue luz de la luna que se cuela por la ventana acompañando el brillo de las velas; puedo ver tu silueta, que marca en el firmamento una odisea, un idilio soñado, como el oasis que nunca es encontrado por el explorador que se interna en el desierto, solo con la esperanza de hallar el gran tesoro y termina muriendo sed ante el espejismo que nunca aparece, eres ese espejismo del mundo que en mi corazón se ha hecho real, es tu piel tan dulce que hasta las abejas confundirían tu olor, son tus labios tan sedosos que en ellos pierdo el sentido del tiempo, y son tus manos tan hábiles que me roban el aliento, es tu risa mi sueño y tus vos mi deseo, son tus ojos los que no necesitan palabras para hacerme sentir amado, y es tu cuerpo dormitado en mi cama entre sabanas de seda el que me roba el sueño, el que me invita a mirarte desmedidamente y quien me obliga a desvelarme, pues sonriente recorro una y otra vez tu espalda, intentando grabar cada detalle, imaginando en que estarás soñando o que pensaras ahora, hasta que el sol me descubra de nuevo sonriendo mientras miro tu cuerpo, que placido se mantiene inmutable, gracioso y amado; me seguirás amando mañana, es la pregunta que abruma mi mente y recorre mi cuerpo mientras la luna, diosa de las odiseas de amor, se paseo jugueteando por el cielo, me seguirás amando mañana; cuando al despertar me encuentres a tu lado, cuando tal vez ya haya perdido el encanto, mi cabello no parezca ordenado y mis ojos no te estén mirando, me seguirás amando mañana; cuando ya conozcas mis secretos, cuando no te queden dudas y mi ser este al descubierto, me seguirás amando mañana; cuando camino al trabajo recuerdes mi aroma, cuando descubras que toda tu piel esta impregnado de el; me seguirás amando mañana cuando entiendas que en mi no hay perfecciones, cuando sepas que yo te estoy amando, me seguirás amando mañana, cuando recuerdes que hemos renunciado a muchas cosas por no separarnos, cuando pienses en lo que es tu vida y en como pudo ser si mi a tu lado, me seguirás amando mañana cuando el cansancio te tumbe en la cama y solo desees dormir, me seguirás amando mañana cuando la mirada de un joven deseoso desee descubrir que hay en tus labios que a mi me hacen perder en el tiempo, y me seguirás amando después de mañana cuando al descubrir que sigo aquí, simplemente amándote…

Tratame suavemente

Alguien me ha dicho que la soledad se esconde tras tus ojos
Y que tu blusa adora sentimientos, que respriras
Tenéis que comprender, que no puse tus miedos
Donde estan guardados
Y que no podre quitartelos
Si al hacerlo me desgarras
No quiero soñar mil veces las mismas cosas
Ni contemplarlas sabiamente
Quiero que me trates suavemente

Te comportas de acuerdo
Con lo que te dicta, cada momento
Y esta inconstancia, no es algo heroico
Es mas bien algo enfermo
No quiero soñar mil veces las mismas cosas
Ni contemplarlas sabiamente
Quiero que me trates suavemente

No quiero soñar mil veces las mismas cosas
Ni contemplarlas sabiamente
Quiero que me trates suavemente
Quiero que me trates suavemente
Quiero que me trates suavemente
Suavemente, suavemente, suavemente.

Soda Stereo